Con éxito se desarrolló la primera Jornada Abierta de la PRAI sobre la representación de las mujeres en las pantallas de los medios de Iberoamérica
El pasado 24 de febrero se desarrolló la primera Jornada Abierta de la Plataforma de Reguladores del Sector Audiovisual de Iberoamérica – PRAI que abordó la importancia de la representación de las mujeres en las diversas pantallas. Con un panel femenino de lujo, el evento giró en torno a la importancia de la participación laboral de las mujeres en los medios, los desafíos de la televisión y las plataformas frente a un enfoque de género, así como sobre los estereotipos que acosan a las mujeres, entre otros temas.
La bienvenida del acto estuvo a cargo del Comisionado de la Sesión de Contenidos Audiovisuales y Presidente de la PRAI en representación de la Comisión de Regulación de Comunicaciones de Colombia, Ernesto Orozco Orozco, quien destacó la trascendencia y prioridad que constituyen los retos en este momento crucial de la historia y el trabajo que hay que realizar frente a algunos datos desalentadores que se han venido exponiendo en el mundo en relación con la violencia, el desempleo, y las brechas sociales y salariales para las mujeres en el sector y los demás campos, entre otras consideraciones.
A continuación, como conferencia inaugural la Asesora de la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer en Colombia, Gisell Pugliese de la Cruz, destacó el impacto diferencial que ha tenido la crisis ocasionada por el COVID-19 sobre las mujeres en términos sociales -principalmente en el aumento de la violencia- y económicos en torno al desempleo, que creció en el país para ellas de un 5% a un 9% -en relación con la brecha que hay frente a los hombres-. Es decir que mientras el porcentaje de desempleo de las mujeres se ubicó en un 19%, el de los hombres quedó en apenas el 10%.
De acuerdo con lo expuesto por Pugliese, las mujeres se están retirando del mercado laboral en virtud del peso social que recae sobre ellas al tener que asumir ciertos roles de cuidado en el hogar. “Las mujeres estaban incluso sobrerrepresentadas en los sectores de comercio y servicios, pero estos fueron los que más afectados se vieron por la pandemia. Por lo tanto, sobre todo en el primer semestre de confinamiento en Colombia hubo efectos adversos sobre su autonomía económica y la generación de ingresos”. En relación con la digitalización de la economía, por ejemplo, que se aceleró debido a la problemática por el Coronavirus, las mujeres en el mundo tienen menos acceso, apropiación y uso de la tecnología, por lo tanto, acceden en menor proporción a las oportunidades que este mercado laboral de la cuarta revolución industrial trae consigo”.
Para dar continuación a la Jornada Abierta, el moderador del panel, Mario Morales, Defensor del Televidente del Canal Uno de Colombia, cedió la palabra a Pilar Jimeno y a María Luisa Suero, Consejeras del Consejo Audiovisual de Andalucía, quienes en una exposición compartida, dieron a conocer los resultados de los informes cuantitativos y cualitativos sobre Igualdad y Violencia de Género que adelanta dicha dependencia desde hace una década, para lo que han grabado más de 500 mil horas de contenidos y catalogado más de 132 mil.
Jimeno resaltó que la presencia de las mujeres en los informativos de la televisión pública andaluza creció y sus participaciones llegaron a cerca del 36% en 2019. “Dichas intervenciones se dan por el relevante papel que adquirió la mujer en la política y sobre todo en las instituciones públicas gracias a un criterio de paridad (…). Tres de las televisiones locales con mayor porcentaje de tiempo de palabra femenino pertenecen a municipios con mujeres al frente de sus alcaldías, por ejemplo”, destacó además Suero, y añadió que, sin embargo, “la representación masculina y femenina de la información de la última década refuerza estereotipos asociados a roles tradicionalmente asignados a los respectivos sujetos”. Así mismo destacaron que la violencia de género en los informativos de las televisiones públicas de Andalucía llegó al segundo lugar de importancia en relación con los asuntos de actualidad tratados en 2019, no obstante, la feminización del problema a través de los medios contribuye a generar la percepción errónea de que la violencia machista atañe solo a las mujeres.
“El término ‘violencia de género’ es el más utilizado en las noticias: se emplea de hecho en el 25,5% de las ocasiones seguido de ‘agresión’ o ‘asesinato’ que se hace en el 23,75% y ‘violencia machista’ que se utiliza un 16,7%”, precisó Suero, e indicó que los medios están llamados a ser el motor de los cambios sociales para alcanzar la igualdad debido a que tienen la posibilidad y obligación de adoptar medidas que aceleren la presencia de las mujeres en las pantallas y eviten la trasmisión de estereotipos sexistas.
A su turno, Carolina Cuevas, Presidenta del Consejo Nacional de Televisión de Chile y Exsubsecretaria del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género de ese gobierno habló de los desafíos de la televisión con un enfoque de género para contribuir con la representación de las mujeres en los distintos medios, y los comportamiento y denuncias de las audiencias. Resaltó que el correcto funcionamiento de los canales de televisión incluye la dignidad humana y su expresión en igualdad de derechos y trato entre los hombres y las mujeres, y el pluralismo dentro del que se debe incluir, además, el respeto por la diversidad de género.
Según Cuevas, los temas que preocupan a los públicos hoy son los asuntos de equidad, no discriminación, la ocupación de las mujeres en los diferentes espacios y sus movimientos políticos y sociales, que impactan a la televisión y aumentaron las exigencias positivas de los telespectadores. Así, las denuncias anuales pasaron de 1500 en 2015 a 11500 en 2020; eso muestra el elevado estándar de las audiencias y lo que la gente demanda de los medios, además de que la mayoría de esos ciudadanos son mujeres jóvenes y adultas que, por ejemplo, alzaron su voz para denunciar en un 64% más en el 2020 implicando un crecimiento sustancial en relación con el 2015, cuya cifra estaba en 57%”.
La televisión debe estar acorde con la agenda social, ya que internet y las redes sociales aumentaron significativamente la participación de las personas. En relación con los asuntos de la violencia de género, Cuevas comentó que es necesario “nunca minimizar ni justificar la acción de los agresores, y tener cuidado de no poner antecedentes de la intimidad de las mujeres (…). Hay que ser cuidadosos en la forma, las palabras y hasta el tono porque las mujeres son un tema sensible para la sociedad y en el que tenemos que procurar un cambio cultural (…). Hay que analizar cómo es tratada la mujer en los contenidos; su participación en pantalla o en noticias está únicamente por el orden del 32% a nivel global. Además, hay una sobrerrepresentación de ellas en temas considerados exclusivamente femeninos, y una subrepresentación como fuentes de información, expertas y lideresas de opinión (…). Algunos desafíos por considerar y enfrentar como televisión son sin duda la participación de las mujeres, evitar los estereotipos y tener cuidado de no mostrarlas en roles tradicionales o el asociarlas a mayor pobreza (…); por el contrario, hay que resaltarlas como expertas en economía, política, ciencia, tecnología…”.
“Tengamos en cuenta también -finalizó Cuevas- que los datos son fundamentales y relevantes como información clara y desagregada por sexo para mejorar como sociedad en todos los ámbitos”. A su relevo se escuchó: “la presencia de las mujeres en la programación es siempre minoritaria”, como sentenció Yvonne Griley Martínez, Consejera del Consejo Audiovisual de Cataluña, que compartió las últimas investigaciones sobre los Estereotipos de Género en la Publicidad de Juguetes en la Televisión Tradicional y las Nuevas Plataformas. “Los roles que se les asignan a las mujeres suelen estar asociados a la esfera privada, no tanto a la pública, y muchas veces están marcados por estereotipos en los programas de ficción o en la información”, aseguró Griley.
Estos roles y estereotipos de comportamiento están determinando a la mujer desde su más tierna infancia, y de allí se expusieron los hallazgos de dichos informes sobre presencia de estereotipos en la publicidad que realizó el Consejo catalán, en los que los datos más relevantes se dieron en la campaña navideña del 2020 en esa región. En dicha campaña 8 de cada 10 representaciones de estereotipos fueron femeninos en la televisión tradicional, y en internet y las redes son 9 de cada 10, es decir que la presencia de estas manifestaciones nocivas para las mujeres llega a más del 80% para ambos escenarios.
“Los spots tienen que ver con muñecas, casitas, además con un registro de voz exclusivamente femenino, colores pasteles y ambientes predominantemente desarrollados en espacios interiores en los que se recrean situaciones asistenciales con mascotas y otras personas, lo que implica que se muestra a las niñas siempre en roles maternales y de cuidado. Eso induce un microcosmos de valores para ellas que las influencia en esos supuestos roles que las diferencian de los niños. Ese universo se puede ver, por ejemplo, en una nube de palabras que se encuentran en los spots protagonizados por niñas en los que sobresalen los términos ‘reír’, ‘llorar’, ‘color’, ‘unicornio’ y ‘barriga’; muy en contraste con el glosario que encontramos en los anuncios dedicados a los niños en los que se destacan las palabras ‘atacar’, ‘preparar’, ‘batalla’ y ‘afrontar’”, dijo Griley, que hizo un llamado a la corresponsabilidad de los profesionales de la comunicación y a las plataformas de distribución de contenido “para conseguir que el mundo sea mejor, más igual, y que los medios se adapten a los micro y macrocosmos para asegurar un futuro global más justo”.
En la siguiente intervención, Silvia Pérez Chavarría, Directora General de Análisis de Medios y Contenidos Audiovisuales del Instituto Federal de Telecomunicaciones de México, comentó acerca de la información y los datos que obtienen frente a la representación de las mujeres en los espacios deportivos, noticiosos y de los medios en general, gracias al monitoreo permanente de la participación femenina en las pantallas. Entre sus hallazgos se evidencia que, dentro de los 14 noticieros nacionales mapeados, entre púbicos y privados, 6 fueron conducidos por mujeres, 6 por hombres y 2 mixtos. Sin embargo, pese a la paridad en la conducción, en los demás roles dentro de los informativos -reporteros, presentadores secundarios y conductores de las secciones- predomina la presencia masculina en un 62%.
Como lo afirmó Pérez es aún más preocupante que “en las secciones de opinión, en contraposición a la representación de cerca de 6 hombres, no se evidenció ninguna presencia femenina”. Los seguimientos destacaron que, dentro de las personas catalogadas como expertas en los informativos, las mujeres participan únicamente el 18% de las veces, es decir que los hombres tienen un promedio de intervenciones como autoridades en cualquier tema 4.5 veces más. En la televisión privada, para focalizar aún más la estadística, si bien hombres y mujeres participan en las secciones que tiene que ver con noticias y análisis, ellos intervienen un 88% frente a un 12% de ellas. Y en las cadenas públicas, aunque ellas intervienen en cerca de un 70% en secciones que aluden a comentarios o a reportajes, los hombres siguen teniendo una presencia mayoritaria en relación con el espectro general participando mayoritariamente en asuntos relacionados con análisis, entrevistas y debates, entre otros, en una relación de 59% para ellos y 41% para ellas.
“Durante el monitoreo se detectaron además expresiones, conductas y situaciones que refuerzan estereotipos (…): en ocasiones los presentadores hombres hacen referencia a los atributos físicos de las mujeres, además de llamarlas por su nombre, en diminutivo y con expresiones como ‘chiquita’, ‘bebé’ o ‘niña guapa’, mientras al referirse a sus pares utilizan vínculos amistosos, de éxito en sus relaciones amorosas y títulos tales como ‘querido amigo’, ‘maestro’ o ‘mago’. Además, en programas deportivos con perspectiva de género se evidencia que se enaltece la rudeza y la valentía en los hombres, mientras que en las mujeres se pone énfasis en su supuesta dependencia y debilidad al necesitar que alguien les de permiso para algo o decida por ellas”, puntualizó Pérez. La Directora afirmó que hay que trabajar hondamente en la alfabetización mediática e informacional entre reguladores, los medios y la sociedad para seguir avanzando.
Sucediéndola en el uso de la palabra, Miriam Larco, Secretaria Técnica del Consejo Consultivo de Radio y Televisión del Perú presentó su estudio sobre Consumo Televisivo, Igualdad y Violencia de Género asegurando que la presencia negativa de la mujer en los medios de su país es de un 60%. De acuerdo con esta investigación de 2018, en los noticieros en el horario familiar, de las 60 franjas analizadas, el 35% trató la violencia contra la mujer detallando el crimen, utilizando imágenes morbosas en un 25% y con dramatizaciones aún peores que la escena real. Y, cuando la víctima sobrevivió, se buscó un testimonio de ella en el que llorara y en el que hubo un desconocimiento en los operadores de los códigos de ética y su responsabilidad social.
“Los discursos de los y las periodistas evidencian estereotipos a través de imágenes y mensajes difundidos cotidianamente a las audiencias, y que son también interiorizados y justificados por los informantes; no solo difunden noticias violentas, sino que son agresivos en sus mensajes y las imágenes que trasmiten buscando impactar y despertar emociones. Pese a existir un pacto con la víctima o la familia de no presentar sus imágenes, o no decir o preguntar ciertos asuntos que podrían ser denigrantes, se rompen estos acuerdos. Y, aunque existen buenas intenciones en algunos reporteros de hacer un trabajo decoroso, este se contrapone a la exigencia del canal para que sigan existiendo estos discursos pérfidos amparados en la idea de que son los que venden y generan mayor rating, perpetuando así dinámicas de violencia no solo desde el medio, sino también a través de las instituciones que imparten justicia y son parte del tratamiento de las noticias de violencia y estereotipos de género”.
Al concluir, validó la importancia de la ley como una fuerza que trasforma y rompe el statu quo. Hay que entender que el cambio no está solamente en las instituciones, sino que son necesarias sanciones claras y políticas públicas como procesos educativos que pueden orientar la formación y crear espacios de reflexión de estas problemáticas. Debemos trabajar en la humanización de la comunicación desde la libertad de información y expresión para un entretenimiento responsable de los públicos; orientar a las audiencias como ciudadanos con derechos a la denuncia y a la información y la participación en doble vía, y no solo verlas como como un objeto para medir el mercado.
Finalmente, las panelistas de la primera Jornada Abierta sobre la representación de las mujeres en las pantallas respondieron las distintas preguntas del público y pusieron a disposición de la audiencia sus presentaciones, informes y conocimiento para aquellos interesados en profundizar en los distintos temas que se abordaron a lo largo del evento.